OPINIÓN | La derrota de Rafa Nadal contra Kyrgios en Acapulco

Sí, pasan 35 minutos de las 6 de la mañana cuando empiezo a redactar este artículo. Naturalmente, con toda la furia que hay en mi interior, encuentro el escribir esto de lo mejorcito para desahogarme.

Mi sentimiento es, probablemente, el mismo que el de todos los que se hayan tragado las 3 horas y 3 minutos de mofa absoluta de partido de Nick Kyrgios contra Rafa Nadal. Otro espectáculo bochornoso, para mí, incomparable con cualquier otro que haya implicado tan directamente a Rafa Nadal. Adelanto, antes de ir con lo fuerte del artículo, que voy a decir todo lo que pienso en este escrito, exactamente como lo siento.

Empecemos hablando del primer set. Kyrgios traía cierta mala cara. Pide el fisio numerosas veces y ya pinta a que el partido va a tener poca historia. Dice encontrarse enfermo al terminar el primer set, que se lleva Nadal por 6-3, aparte de asegurar a los fisios que se va (o iba) a probar en los dos primeros juegos de la siguiente manga, y que no quería retirarse por la prensa y porque el público no le abucheara. Las palabras se las lleva el viento, dicen. Sobre todo la mayor mentira que ha soltado en esas afirmaciones, que es la de que estaba enfermo. Una de las primeras trolas que ha colado el australiano.

Empieza el segundo set ganando sus juegos al saque, más o menos sufridos, y mientras seguía llorando, que es lo que se ha pasado todo el partido haciendo, suelta un 'come on' al salirle un buen punto. Gritando. Cuando a mí me duele la barriga no tengo muchas ganas de gritar, pero en fin, Nicholas es especial. A partir de dicho momento, empieza otro partido. Kyrgios se pone bueno, por arte de magia, probablemente. Empieza a ganar sus saques con comodidad y polémica de nuevo al llegar la recta final de la segunda manga. Kyrgios vuelve a ''llorar'', esta vez por la rodilla, tras un punto ganado por Rafa. El propio Nadal se preocupa por él y le dice que está bien. Tira los dos últimos juegos al saque de Rafa Nadal, con gestos como golpear la bola por debajo de las piernas para echarla fuera con 40-0 para Nadal, o no inmutarse para que Rafa hiciera así tres saques directos seguidos. Llega al tiebreak, con aparente pasotismo por el partido por parte de Kyrgios, a pesar de estar jugando bien. Se olvida de eso en el tiebreak y decide que le importa el partido y le pega a Rafa un 7-2.

Llegamos al tercero. Recital absoluto el que se viene. Enumeraré sus acciones sin calificarlas en exceso, porque al final, sería un poco inútil. El set empieza con antojo de masaje para Nick. El australiano pide el fisio para la espalda esta vez, y ya es su tercera dolencia diferente en el partido, nuevo récord. Seguimos: gritar ''callaos la puta boca''. En inglés, por supuesto. El público mexicano no entendió lo dicho por Kyrgios y siguió coreando su nombre. Quien sí lo entendió fue Damian Steiner, que, a buen juicio, le puso un code violation. Comportamiento extraño el de este público, por cierto, que se ha mostrado en gran parte y medida, algo ''anti Rafa'', y ''pro Kyrgios'', celebrando dobles faltas del manacorí entre otras cosas. Continuando la lista, hacer, sin venir a cuento, como todas sus ocurrencias, un ''saque cuchara'', o saque por debajo de la cintura. Con otras palabras, una nueva falta de respeto del de Canberra. Por detrás en el ''respetómetro'' están también los pocos elegantes gritos durante el punto, quizá imitando los de Nadal, que alargaba desde antes de que le llegara la pelota hasta que Rafa la golpeaba acto seguido. También, cuando Rafa le pedía que esperara para sacar, él sacaba, probablemente por no darse cuenta, pero daba igual, le protestaba a Steiner. Rafa perdió luego de tener tres bolas de partido, e hizo una doble falta con 6-6 en el tiebreak decisivo que fue, aparte de decisiva, coreada por un altísimo porcentaje del público presente en la pista.

Acabado el partido, Kyrgios se dirije a la grada señalándose la oreja y celebra a gritos en la cara de Rafa Nadal.

Probablemente, contado así no parezca tan dramático, pero haberse tragado tres horas de pura broma constante de un auténtico sinvergüenza, es bastante difícil. Si la ATP tuviera cierta sensatez, sancionaría, como decían los narradores de Movistar, a Kyrgios quitándole varios puntos y hacer que tuviera que jugar Challengers y demás. Es lo que se merece un tipo con tanta escasez de elegancia. Rafa que no cambie. Le dio la mano y lo felicitó, en, eso sí, un saludo más que frío, antes de firmar autógrafos a quienes se lo pidieron. Kyrgios, a cuartos del 500 de Acapulco.

Comentarios

  1. No le des más vueltas, por eso hay buenos jugadores y luego están las leyendas: Roger, Nole, Rafa...

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