Lejos queda ahora el día en el que Garbiñe Muguruza se iba llorando de la central de Roland Garros, el día que perdía contra Kiki Mladenovic en octavos. La explicación de esas lágrimas no era la derrota. Era el claro, mal comportamiento que había tenido el público local en contra de Garbiñe, o apoyando a Mladenovic menospreciando a Muguruza. Pero aún así, se le veía que su punto débil era la mente , porque muchos tenistas se enfrentan al público cuando su rival es local y ya está, pero ella, salía llorando. Y su debilidad mental se veía también en que ganaba un torneo y a la semana siguiente estaba bloqueada . Pero, lo dicho, eso queda lejos . Después de Roland Garros, semifinales en Birmingham, campeona en Wimbledon, semifinalista en Stanford, cuartofinalista en Toronto y hoy luchará ante Sveta Kuznetsova por las semifinales en Cincinnati . Y lo que es más importante, en ninguna de las derrotas tras Roland Garros, ha jugado mal , ni se le ha visto bajar los brazos en ningún ...
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